26 de mayo de 2008

Sin título (para Mayo de su amigo Trivia)

El buen Trivia me pidió publicar este escrito. Quedan pocas palabras para intentar decir lo mucho que nos duele la pérdida de un amigo. Iqui Balam

De todas las veces que siento que estás, cada vez menos encuentro tus ojos viéndome de nuevo; de todas las lágrimas que quedaron atrapadas en la piel que llevo puesta desde el domingo, algunas siguen sin secarse, mostrándote su silencio transparente, sus manos llenas de cosas que hacer que no se han hecho, que parecen definitivas, definidas a ver en las luces que hacen de la sombra lo que el tacto no entiende desde entonces.

De todas las lunas que brillan por la mañana cuando el azul parece un mar profundo y es difícil distinguir que es reflejo de quién; parece que algunas se diluyen en la memoria como si estuvieran hechas de un líquido permeable a las ganas de olvidar; al intento de todos por vivir las utopías de vivir en un tiempo que no sea este; en un momento que no ha pasado o en una noche que como esta ya va pasando y pronto estará con esa luna que tiene ganas de ser recordada, que poco quedará de ella sino es en una pintura, en un papel que como este derrama palabras mientras se imprime, sino es que por la lluvia el agua de alguna forma lo hace más limpio, sin sentido ya las letras que se escurren hacia el suelo.

De todos los pasos que doy hacia la misma puerta bajo las sombras espolvoreadas de los árboles que parecen nunca repetirse a si mismos, sobre las hojas que han caído como para hacer que cada uno de ellos se sienta más profundo, no todos alcanzo a oír por tratar de entender que la caída de las hojas a muy pocos les importa, y mucho menos al árbol, la pérdida está en quien extraña oír el sonido de sus pasos sobre la tierra, sobre la arena si el mar esta cerca, si estás aquí. De todas las noches desde entonces sigo buscando en esta mano que no para de hablar por sí misma, el asombro, la amistad la paciencia, la cordura, la inspiración, para decir algo que valga la pena, que se sienta como el punto medio entre el enojo y la pérdida, entre la melancolía y la sonrisa de un amigo; entre la discusión y la armonía del más interesante de los silencios, el más superficial de los latidos y el último suspiro.

De todos los días que siento despertar demasiado tarde, algunos los duermo intranquilo, algunos los siento incompletos. De todos los nombres que conozco, los hombres que van con ellos, los apellidos, el que falta ya no es el tuyo, sino la parte que en mi memoria ya no comprende que a ese recuerdo no le correspondan mañana algunas letras, que no se hable sino en pasado, que haya cedido el peso y la gravedad sobre el agua, sobre las tablas que se sujetan las relaciones sin objetos que sean recíprocos.

Trivia
Mayo 2008

10 de mayo de 2008

Homenaje

Hace unos días sufrimos la pérdida irreparable de mi excelente amigo, colega y hermano Amado de la Torre Ramírez. Momento que sumergió nuestras vidas en una nube gris de tristeza y desasoiego. Hoy escribo pensando en que esto ayudará a aceptar su pérdida, a recordarlo como el gran ser humano, amigo y médico que fue.

Conocí a Mayo en el 2000, iniciábamos juntos la carrera en la Facultad después de desalentadoras experiencias académicas él en San Luis y yo en la UNAM. Siempre fue un alumno brillante, y excelente compañero, solíamos reunirmos para estudiar o hacer trabajos en nuestras casas, algunas veces jugar Risk durante toda lo noche, y conversar mucho. Siempre atento a los problemas de los demás sabía escuchar, aconsejar y acompañar, en las dificultades así como en las alegrías. En el hospital destacaba siempre como un excelente médico, compañero y alumno.

La vida se encargó de presentarme uno de mis mejores amigos, pero su ausencia llegó demasiado pronto, de repente, sin aviso. Sin embargo no se ha ido Mayo del todo, se queda en los corazones de sus seres queridos: amigos, familiares y pacientes.

Comparto con todo el que lea esta entrada una fotografía durante su servicio social en la sierra lacandona en Chiapas, seguramente uno de los mejores años de su vida; así como un escrito suyo que tuvimos la fortuna de recibir en lucerna y se publicó en el número 11 firmado como Pseudónimo Ñrü, el cuál realizó durante un viaje a Oaxaca, un poco antes de la fecha de publicación de la revista:


Sucedió en el paraíso. La noche llego reduciendo la atmósfera. Ahora mi mundo estaba confinado al espacio que la luz de una vela arrebataba a la oscuridad de aquella noche sin luna. Las sombras temblorosas me revelaban a cuenta gotas la belleza de su rostro. Una sensación de intimidad, como si estuviéramos fuera del espacio, lejos de todos.

El rítmico chocar de las olas interrumpía el silencio. El sonido de aquel mar escondido bajo la noche armonizaba el tiempo, le daba simetría, equilibrio. Éste dejó de ser una incesante sucesión de instantes y pareció suspenderse, trascenderse a si mismo, se volvió eterno.

Me perdí en sus ojos, azules, profundos, eternos...


Pseudónimo Ñrü.

Griacias por tu ayuda y tu amistad. Descanse en paz Mayo.

Marzo 09, 1979 - Mayo 4, 2008